
Hoy vamos a hablar sobre un tema muy especial y natural que forma parte de la vida de todos los seres vivos: el ciclo de la vida y la muerte. A veces, este tema puede hacernos sentir un poco tristes o confundidos, pero entender cómo funciona nos ayuda a disfrutar más el tiempo que pasamos con quienes queremos y a ver la belleza en cada etapa de la vida. Así que, ¡vamos a descubrir juntos este maravilloso ciclo!
Pensemos en un jardín mágico, lleno de flores de todos los colores, mariposas revoloteando y árboles frondosos. Este jardín es como la vida de nosotros, un lugar donde todo nace, crece, florece se transforma y luego muere. Así como las estaciones cambian (primavera, verano, otoño, invierno), la vida también tiene sus propios ciclos, sus propios momentos especiales.
¿Qué es el ciclo de la vida?
Este ciclo de la vida empieza cuando nace un ser vivo ya sea una planta, un animal o una persona, continúa mientras crece y se desarrolla, y termina cuando ese ser vivo muere. Pero aquí está lo interesante: cuando algo termina, ¡también puede ser el comienzo de algo nuevo!
Por ejemplo, piensa en una semilla de flor. Cuando la semilla se planta en la tierra, empieza a crecer una pequeña planta. Con el tiempo, la planta florece, da frutos y nuevas semillas. Cuando la planta muere, sus restos vuelven a la tierra y ayudan a que nuevas semillas crezcan. ¡Así, el ciclo vuelve a empezar!
Primera etapa del ciclo: el nacimiento
- Los humanos nacemos del vientre de nuestras mamás, donde hemos estado creciendo durante varios meses.
- Los animales nacen de distintas maneras: algunos de los huevos (como los pollitos o las tortugas), otros del vientre de sus mamás (como los gatos o los perros).
- Las plantas “nacen” cuando una semilla germina en la tierra y empieza a crecer.
Segunda etapa: El crecimiento y el desarrollo
En esta etapa es donde florecemos, nos sentimos llenos de energía, de creatividad, de amor y compartimos nuestra luz con los demás. Es como cuando las flores abren sus pétalos y muestran su belleza al mundo. Nosotros los humanos a medida que crecemos, vamos descubriendo el mundo que nos rodea. Aprendemos a caminar, a hablar, a jugar, a expresar nuestras emociones.
Tercera etapa: La reproducción: creando nueva vida
- Las plantas producen semillas que el viento o los animales ayudan a dispersar.
- Los animales encuentran pareja y tienen crías para que su especie continúe.
- Los seres humanos también pueden traer nuevos bebés al mundo y formar familias.
Este proceso permite que la vida continúe y que el ciclo de la vida siga girando. Sin la reproducción, los seres vivos no podrían sobrevivir ni crecer.
Ultima etapa: La vejez y el final del ciclo
- Las plantas pierden sus hojas en otoño y algunas se marchitan.
- Los animales envejecen, se vuelven más lentos y, finalmente, mueren.
- Las personas también envejecemos: el cabello se vuelve blanco, los movimientos son más lentos y el cuerpo se cansa más fácilmente.
La muerte: un nuevo comienzo
Aunque la muerte puede parecer triste, es una parte natural de la vida. Cuando una planta o un animal muere, su cuerpo regresa a la tierra y se convierte en nutrientes que ayudan a que otras plantas y seres vivos crezcan.
Así como las hojas cambian de color en otoño y caen al suelo, la vida también tiene sus propias transformaciones. A veces, estas transformaciones pueden ser tristes, como cuando perdemos a un ser querido. Pero también pueden ser hermosas, como cuando una oruga se convierte en mariposa.
La muerte es parte del ciclo de la vida, un momento de transición, de descanso y de paz. Es como cuando el sol se pone al final del día, dando paso a la noche. Pero, así como el sol vuelve a salir por la mañana, la vida también continúa en otras formas.
¿Qué pasa con nuestros sentimientos cuando alguien muere?
Cuando alguien que amamos muere —ya sea un familiar, un amigo o una mascota —, sentimos tristeza y es normal llorar y extrañar a esa persona o animal. Pero también podemos recordar los momentos felices que compartimos y mantener esos recuerdos vivos en nuestro corazón. Piensa en las cosas buenas que aprendiste de esa persona o animal. Sus recuerdos son como semillas que florecen en nuestro interior, manteniendo viva su esencia.
Recordar con amor y gratitud nos ayuda a sentirnos mejor y a entender que, aunque alguien ya no esté físicamente con nosotros, siempre vivirá en nuestro corazón.
A veces puedes recibir señales de ese ser que ha muerto y que está cerca: ” cuando ves una mariposa bonita, una nube con una forma especial o escuchas una canción que te recuerda a él/ella, puede ser su manera de decirte que está contigo y que te quiere mucho.”
El ciclo de la vida sigue
Aunque la vida de una planta, un animal o una persona termine, el ciclo de la vida continúa.
- Las semillas que caen de un árbol crecen y forman un nuevo árbol.
- Las crías de un animal continúan la especie y exploran el mundo.
- Las lecciones y el amor que nos deja alguien que ha muerto siguen en nosotros y nos ayudan a crecer.
Algunas prácticas espirituales enseñan que la muerte es el renacer del ser. En las culturas orientales desde la antigüedad se cree sobre la reencarnación del ser humano. Es como por ejemplo si cada uno de nosotros tenemos una pelota de energía brillante dentro de nuestro cuerpo y al morir esa pelota de energía no desaparece, sino que viaja para comenzar otra aventura en un nuevo cuerpo, en una nueva familia y en una nueva historia.
Es como si el alma fuera una semilla que se convierte en una nueva flor una y otra vez.
El ciclo de la vida es un regalo
Así lo enseña la práctica de cultivación Falun Dafa: Imagínate que antes de nacer, estabas en un lugar hermoso, lleno de luz y amor, donde todos éramos como pequeñas estrellas brillantes. Ahí vivíamos con el Creador, quien nos dio una misión especial antes de venir a la Tierra. Nos dio el regalo de la vida y nos dijo que debíamos aprender a ser buenos, a ayudar a los demás, a tener compasión y a no guardar envidia ni rencores en nuestro corazón.
Pero al bajar al mundo humano, a veces olvidamos esa misión porque hay muchas distracciones. Es como si entráramos en un bosque con niebla y nos perdiéramos un poco. Pero, si recordamos ser buenos, compasivos y tolerantes, y si eliminamos la envidia y las cosas malas de nuestro corazón, poco a poco la niebla desaparece y encontramos el camino de regreso al cielo.
Artículo escrito por Margarita Restrepo para VCSMedia.net