¿El castigo físico es la forma correcta para educar a nuestros hijos? El impacto que puede llegar a ocasionar este tipo de educación en los menores se relaciona con el crecimiento irregular de algunas áreas del cerebro. Puedes leer o escuchar la nota a continuación…
A través de los años, la educación en el hogar se ha aplicado de distintas maneras para asegurar la crianza de los niños. Y si bien con el tiempo esas formas de enseñanza han sufrido cambios, aún queda por preguntarse: ¿Es el castigo físico una forma adecuada o asertiva para su educación?
De acuerdo con el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, estudios de neurociencia, así como de psicología del desarrollo, sociología y otras disciplinas, enfatizan que el castigo físico, incluso palmadas, no debería de utilizarse.
Consecuencias del castigo físico
El impacto que puede llegar a ocasionar este tipo de educación en los menores se relaciona con el crecimiento irregular de algunas áreas del cerebro, en particular la corteza prefrontal, la cual se encarga del manejo cognitivo, todo lo relacionado con el conocimiento, así como de las emociones.
Esto indica que el desarrollo de esta área del cerebro resulta crucial para el comportamiento, y en ese mismo sentido el éxito académico y social. Es por eso que los niños que se ven sometidos a maltrato físico regularmente pueden afrontar problemas en su aprendizaje que afectan directamente su proceso académico.
El castigo físico además puede llevar a una falta de autocontrol en sus emociones y esto ocasiona que su carácter se vuelva agresivo.
Por otra parte, también es importante que, en la medida en que crecen, los hijos comprendan que las malas acciones traen consecuencias serias para su vida, por lo que, aunque no necesariamente se debe adoptar el castigo, si es importante que en su educación esté presente la disciplina.
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¿Cuál seria la forma correcta de educarlos?
Como cualquier otro valor, enseñar la disciplina requiere constancia por parte de los padres, esta puede transmitirse a través del acompañamiento en los quehaceres del hogar, en menor grado dependiendo la edad. De ese modo pueden entender poco a poco el valor de la responsabilidad.
Según declaró Lua Barros a la BBC, quien estudia y promueve la ‘crianza positiva’, el cual es un modelo que busca el punto intermedio y rechaza tanto el castigo como la permisividad, Barros menciona: “Cuando estamos gobernados por el afecto, eliminamos cualquier violencia de la relación. Para conducir el comportamiento del niño con firmeza y respeto se debe ejercer la autoridad sin autoritarismo”.
El artículo de la BBC dice que desde la antropología se ha planteado que, contrario a la creencia popular, nuestros antepasados no eran violentos con sus hijos y solían ser afectuosos y se mostraban disponibles.
La psicóloga y experta en el comportamiento infantil, Marcia Tosin, menciona: “Cuando dejamos de ser cazadores-recolectores y nos convertimos en agricultores, lentamente construimos una cultura de sumisión, control y búsqueda de obediencia desde la infancia”.
Así mismo cabe resaltar que en su proceso de formación, un hijo asumirá muchos de los comportamientos y actitudes de sus padres, por lo que, si se quiere suprimir el castigo físico también es importante construir con el ejemplo, pues este siempre va a ser una herramienta clave en su enseñanza.
Por lo tanto, es necesario que el papel de un padre, que debe tener la paciencia y convicción para educar, nunca se confunda con el de un amigo que se vuelve un cómplice y es permisivo. Si el respeto hacia la imagen paterna y los roles en el hogar se conservan, va a ser menos falta adoptar el castigo físico.
La paciencia y la dedicación son valores que los padres deben cultivar cada día si se busca reemplazar cualquier forma de castigo severo, esto podría resumirse en el acompañamiento continuo del menor en su proceso de aprendizaje.
Un tema de interés para cualquier papá es la educación de sus hijos, y es que puede ser todo un desafío si se tiene en cuenta que, en cada etapa del crecimiento, un niño está expuesto a situaciones que pueden impactar negativa o positivamente su carácter, sin embargo, siempre está la oportunidad de corregirlos.
La formación de un buen carácter en un niño no tiene nada que ver con una educación con castigos, por el contrario, la violencia puede ser el resultado de la incapacidad de un padre para convencer desde la razón.
De acuerdo con el psicólogo Ángel Peralbo, especialista en el área de intervención familiar, para evitar educar en el miedo, es importante observar sus capacidades, así como sus preferencias, aquello que les apasiona y les hace sentir bien.
También resaltó en una entrevista para el proyecto “Educación para una vida mejor” de BBVA (Banco Bilbao Vizcaya Argentaria), que, “todo hay que hacerlo desde un discurso positivo, optimista, que refuerce estas sensaciones, que se sientan a gusto, seguros y seguras de sí mismos”.
Podemos ver entonces que una educación ideal no está relacionada en sí con el maltrato físico, más bien con la comprensión hacia el niño teniendo presente el rol de orientador que tiene el padre desde la experiencia.
Redacción: César Múnera para VCS Radio.net
Imagen de Portada: Andrea Piacquadio en Pexels
Locución: Katia Comas y José Zuluaga
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