Desde su icónico debut en política, Donald Trump ha enfrentado ataques constantes del establishment y los medios. Esta persecución refleja una batalla por el control y dirección de Estados Unidos.
Desde el momento en que Donald Trump descendió las escaleras mecánicas de la Torre Trump para anunciar su candidatura presidencial en 2015, ha sido objeto de ataques constantes por parte del establishment político y mediático. Este outsider inesperado sacudió los cimientos del Estado profundo, provocando una reacción virulenta y sostenida de los medios corporativos, que nunca han ocultado su aversión hacia él.
Un Blanco Constante del Establishment
Trump, con su estilo poco convencional y retórico incendiario, se convirtió rápidamente en un blanco de críticas y ataques. Los medios de comunicación, que no estaban preparados para su llegada, han mostrado un nivel de hostilidad sin precedentes. Un montaje reciente de segmentos mediáticos desde 2016, presentado por Alex Jones, evidencia el odio persistente del establishment hacia Trump y sus esfuerzos por eliminarlo políticamente.
En noviembre de 2016, George Stephanopoulos de Good Morning America mencionó: “Si se arriesga a ir a juicio y es declarado culpable, podría considerarse un delito impugnable”. Meses después, en febrero de 2017, un experto de CNN añadió: “No veo cómo eso no sería un delito impugnable”. Esta narrativa se repetía en diferentes canales, con un experto de MSNBC afirmando en marzo de 2017: “Ese tuit se ajusta a la definición republicana de un delito impugnable”.
De la Acusación a la Encarcelación
Los primeros días de la presidencia de Trump estuvieron marcados por numerosas conversaciones sobre su posible impeachment por sus tuits y las supuestas conexiones con Rusia. Sin embargo, ninguna de estas acusaciones prosperó. Como resultado, los medios cambiaron su enfoque hacia la idea de encarcelar a Trump. En julio de 2019, cuando se acercaba el final de su primer mandato y las elecciones de 2020, la narrativa se centró en los “crímenes y faltas graves” supuestamente cometidos por Trump.
El senador Chuck Schumer (D-N.Y.) advirtió en esa época: “Si te enfrentas a la comunidad de inteligencia, ellos tienen seis formas a partir del domingo de vengarse de ti”. Los medios comenzaron a sugerir abiertamente que el gobierno podría intentar asesinar a Trump para detener su resistencia a los ataques del Estado profundo.
La Persecución se Intensifica
El 1 de octubre de 2019, la representante Maxine Waters (D-Calif.) tuiteó: “Hago un llamado al Partido Republicano para que deje de hablar obscenamente de Trump acerca de que los denunciantes son espías y usan lenguaje mafioso que implica que deberían ser asesinados”. Waters añadió: “El juicio político no es lo suficientemente bueno para Trump. Necesita ser encarcelado y puesto en régimen de aislamiento. Pero por ahora, el juicio político es el imperativo”.
John McLaughlin, ex subdirector de la CIA, comentó sobre los cargos presentados contra Trump: “Con tanta gente sabiendo esto, es interesante -y estoy orgulloso de decirlo- que fue necesario que un miembro de la comunidad de inteligencia diera un paso al frente y lo sacara adelante”.
Una Caza de Brujas Implacable
La caza de brujas contra Trump ha continuado sin tregua. A medida que el Estado profundo entra en pánico al ver que ninguna de sus tácticas anteriores ha funcionado, su último recurso parece ser intentar eliminar físicamente a Trump para impedir que cumpla un segundo mandato presidencial y ponga en marcha sus políticas de “Estados Unidos primero”.
Un video publicado por la cuenta “Winter_Rewind” (@WinterRewind) en X muestra a Tucker Carlson hablando sobre cómo los ataques del Estado profundo contra Trump han evolucionado desde críticas y protestas hasta el juicio político y la acusación, seguido de lo que muchos interpretan ahora como un intento sobre la vida de Trump.
Artículo escrito con información de Natural News
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