8 minutos de lectura. El Asno y los Leones es un cuento infantil que puedes leer o escuchar a continuación
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Una vez, el asno Gallardo estaba comiendo un poco de hierba junto a un cercado, cuando oyó lo que el granjero Pedro le decía a su mujer. De pronto enderezó las orejas y cesó de comer, muy asustado. Luego fue en busca de la cabra Linda, que estaba al lado de unas matas.
Oye, Linda, tengo muy malas noticias para ti. Recoge tus cabritos, porque el granjero Pedro ha dicho que por los alrededores hay leones. Le dijo
¡Dios mío! Debo ir a avisarle a la Madre Vaca, que, junto con sus terneros, está en el campo. —exclamó Linda asustada.
Se dirigió allá y en cuanto estuvo en presencia de su amiga, le comunicó la mala noticia.
¡Repaja! Tendré que ir a avisarle a la yegua Saltarina. Tiene un potro lindísimo. exclamó la señora Vaca poniéndose en pie apresuradamente. En efecto, se dirigió a la sombra de un árbol de olmo, en donde estaba la yegua, en compañía de su lindo potro y, de inmediato, se apresuró a darle la mala nueva.
¡Algarrobos! Es necesario que le avise a la señora Pato, que tiene diez patitos hermosísimos. Exclamó la yegua agitando la cola. Se dirigió al encuentro de la señora Pato, que nadaba en el estanque con sus diez patitos amarillos y, a su vez, le transmitió lo mala noticia.
¡Renacuajos! Es conveniente que le avise a la Gallina, ¡que tiene siete pollitos preciosos! —exclamó la señora Pato, saliendo presurosa del agua.
Fue a su encuentro y la halló, paseando por el patio de la granja. Rápidamente fue a comunicarle la alarmante noticia y la Gallina, asustada, exclamó:
¡Regusanos! Es conveniente que avise a la Perra Ligera. Tiene tres perritos preciosos.
Se dirigió al encuentro de Ligera, que estaba en su perrera, en compañía de los cachorros. Y, sin rodeos, le dio la mala noticia.
¡Reconejos! Debo avisarle a la señora de la casa, porque tiene dos niños encantadores. exclamó la Perra.
En efecto, se dirigió a su encuentro y la buena señora estaba batiendo la leche, mientras que sus dos niños jugaban a corta distancia.
Señora, vengo a darle una noticia espantosa. Ponga seguros a sus niños, porque la gallina acaba de avisarme, que hay leones en el campo. exclamó ligera.
Se ha burlado de ti. Pero, en fin, voy a ver qué ha querido decirte. —le contestó la señora echándose a reír. Así, pues, la perra Ligera y la señora fueron al encuentro de la Gallina y le preguntaron:
¿Quién te ha dicho que hay leones en el campo?
La señora Pato. ¿No hay ninguno? No. Contestó la señora. Vamos a ver qué dice la señora Pato.
La señora, la Perra y la Gallina fueron al encuentro de la señora Pato, que, en compañía de sus polluelos, se había ocultado tras de una cerca.
¿Quién te ha dicho que hay leones en el campo?
La yegua Saltarina —contestó la señora Pato.
¿Acaso no los hay?
¡No! Contestó la señora. — Vamos a ver qué quería decir la yegua Saltarina.
La señora, la Perra, la Gallina y la señora Pato fueron al encuentro de la yegua que, con el potro, se había refugiado en la cuadra.
¿Quién te dijo que hay leones en el campo? preguntó la señora.
La señora Vaca, contestó la yegua.
¿Acaso no los hay?
¡No! contestó la señora. — Vamos a ver qué quería decir la señora Vaca.
La señora, la Perra, la Gallina, la señora Pato y la Yegua fueron al encuentro de la señora Vaca, que, en unión de sus dos terneros, se había ocultado tras de una cerca.
¿Quién te dijo que había leones en el campo? preguntó la señora.
La cabra Lindo. ¿Acaso no los hay? — contestó la Vaca.
¡No! Pero, en fin, vamos a ver qué quiso decir la cabra Linda. repuso la señora.
La señora, la Perra, la Gallina, la señora Pato, la Yegua y la Vaca salieron en busca de la Cabra que, en unión de sus cabritos, se había escondido entre unas matas.
¿Quién te dijo que había leones en el campo? preguntó la señora.
El señor Asno, contestó la cabra. ¿Acaso no los hay?
¡No! contestó la señora. Pero, en fin, vamos a ver lo que quiso decir el señor Asno. Contestó la señora.
La señora, la Perra, la Gallina, la señora Pato, la Yegua, la Vaca y la Cabra fueron al encuentro del asno Gallardo, que, tembloroso, se hallaba junto a la puerta.
¿Quién te ha dicho que había leones en el campo? — preguntó la señora. ¿Cómo, señora? — exclamó el Asno, sorprendido. — Precisamente oí cómo el amo le decía a usted misma, hace muy poco rato, cuando estaba junto a esta misma puerta.
¡Oh, ¡qué tonto eres, asno! — exclamó la señora, riéndose. — Mi marido me dijo que en el campo había dientes de león, dientes de león. ¿No sabes lo que son los dientes de león? ¡Es una planta de flor amarilla, que tiene propiedades medicinales! EI asno, muy avergonzado, inclinó la cabeza.
Todos los animales se rieron de él y fueron a informar a sus pequeñuelos de que no había motivo para asustarse.
Y, a partir de entonces, cuando algún animal se encuentra con el asno, le pregunta siempre la misma cosa:
¿Ha visto usted algún león, señor Asno? Y se echan a reír, muy divertidos, al ver que el asno se aleja rabioso y dando saltos.
Adaptación para radio de VCSradio.net al cuento publicado en cuentosinfantiles.top
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