El desplome global de los mercados bursátiles el 5 de agosto de 2024, impulsado por temores de recesión en EE.UU., provoca pérdidas significativas en Japón, Corea del Sur, Australia, Hong Kong, China y Londres.
A partir del lunes 5 de agosto de 2024, los mercados bursátiles mundiales han experimentado una significativa liquidación, con pérdidas drásticas en diversas regiones. Este desplome ha sido impulsado por crecientes preocupaciones sobre una posible recesión en Estados Unidos, provocadas por datos débiles sobre el empleo y el aumento de indicadores de recesión.
El índice Nikkei 225 de Japón sufrió su mayor caída en casi cuatro décadas, desplomándose más del 12%, en la peor caída desde el Lunes Negro de 1987. De manera similar, el Kospi de Corea del Sur registró una caída del 9%, y los índices bursátiles de Australia, Hong Kong y China también experimentaron caídas significativas. En Europa, el FTSE 100 de Londres cayó un 2% al abrir, alcanzando su nivel más bajo desde abril.
La caída del mercado bursátil mundial ha sido provocada por datos de empleo en Estados Unidos que generaron temores de una recesión en la mayor economía del mundo. A los inversores les preocupa que la Reserva Federal haya reaccionado demasiado tarde para apoyar la economía estadounidense.
Según Jim Reid, jefe global de investigación macroeconómica del Deutsche Bank, se han producido “movimientos sorprendentes” en los precios de las acciones y los “mercados se están derrumbando en Asia”. Esta situación ha generado un profundo impacto en los mercados globales, afectando no solo a los índices bursátiles, sino también a las expectativas económicas a nivel mundial.
Consecuencias y Perspectivas Futuras
El desplome de los mercados refleja un estado de nerviosismo entre los inversores globales, exacerbado por la incertidumbre económica y la posible recesión en Estados Unidos. El viejo adagio de que cuando Estados Unidos estornuda, el mundo se resfría, se hace evidente en este contexto, ya que una recesión en la economía estadounidense podría tener repercusiones significativas en las economías globales.
La respuesta del gobierno del Reino Unido a los disturbios civiles, exacerbados por la percepción de una gestión inadecuada de las crisis internas, añade otra capa de incertidumbre.
La situación actual pone de relieve la fragilidad de los mercados y la necesidad de respuestas políticas y económicas contundentes. Mientras los mercados globales continúan lidiando con estas turbulencias, las miradas están puestas en las acciones que tomarán los principales bancos centrales y gobiernos para estabilizar la situación.