Cómo las democracias occidentales están erosionando las libertades individuales a través de prácticas fiscales, vigilancia masiva y restricciones a la libertad de expresión, con consecuencias preocupantes para el futuro.
En un contexto global donde las naciones occidentales se posicionan como defensoras de la democracia y la libertad, crecen las críticas hacia sus propias prácticas autoritarias. A menudo, se acusa a países no occidentales de violar derechos humanos, pero ¿qué pasa cuando la vigilancia se dirige hacia el propio patio trasero?
En los últimos años, las poblaciones occidentales han enfrentado crecientes presiones fiscales e inflacionarias. Estas medidas, consideradas por muchos como necesarias para mantener la estabilidad económica, son vistas por otros como violaciones a los derechos de propiedad. Las políticas fiscales excesivas y la inflación resultante han sido factores cruciales en el estancamiento económico y la percepción de decadencia política en diversas sociedades occidentales.
Poderes Policiales y Vigilancia Masiva
El aumento del poder de las fuerzas policiales y de seguridad en los países occidentales ha generado preocupación. La revelación de programas de vigilancia masiva por parte de Wikileaks y otras fuentes ha evidenciado la escala en la que las agencias de inteligencia monitorean a la población. Estas prácticas, antes impensables, son ahora una realidad cotidiana que muchos consideran una grave amenaza a las libertades individuales.
La censura y la manipulación mediática no son ajenas a las democracias occidentales. El control de la opinión pública a través de los medios de comunicación es una táctica ampliamente utilizada. La pandemia de COVID-19 marcó un punto de inflexión, con confinamientos sin precedentes y políticas de vacunación obligatorias que despertaron controversias y debates sobre la justificación y las consecuencias de tales medidas.
Restricciones a la Libertad de Expresión
Las plataformas de redes sociales también han sido escenario de nuevas restricciones a la libertad de expresión. Legislaciones como la RESTRICT Act en Estados Unidos y la Digital Services Act en Europa se han aprobado bajo el pretexto de proteger a la población, pero muchos argumentan que estos actos permiten a la élite política aumentar su control y reprimir la disidencia.
El horizonte no parece prometedor. Las carteras digitales y las monedas digitales de los bancos centrales representan un nuevo nivel de control potencial sobre las vidas individuales. Además, los “acuerdos verdes” y sus implicaciones económicas y sociales añaden una capa adicional de preocupación para los defensores de la libertad individual.
Aunque hay focos de resistencia, como las protestas de agricultores en Europa, estas son vistas como movimientos marginales. La desconfianza en los medios de comunicación y los líderes políticos ha aumentado, pero aún no se ha traducido en una oposición masiva a las políticas restrictivas.
Olvido de los Derechos Individuales
Occidente, cuna de textos fundamentales como la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano y la Carta de Derechos de Estados Unidos, parece haber olvidado los principios que una vez defendió. La interpretación liberal y, a veces, la violación directa de estos documentos han permitido que los derechos individuales sean socavados progresivamente.
La ignorancia y el desprecio de los derechos humanos son vistos como las causas principales de las desgracias públicas y la corrupción gubernamental. Educar y concienciar sobre los principios de la libertad y la importancia de proteger los derechos negativos es crucial para resistir la agenda de control de las élites gobernantes.
Artículo escrito con información de Instituto Mises
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