En los actuales momentos, los padres de familia deben enfrentarse con uno de los mayores retos en la historia sin preparación alguna, ya que esta situación generada por la pandemia del COVID 19, ha producido carga psicológica, estrés, enojo y ansiedad en el entorno familiar, debido al encierro forzoso.
Con la exigencia laboral, los padres han sido desplazados del protagonismo de la formación de los hijos, dejando gran parte del tiempo de los infantes a terceras personas o entidades, para que éstas se responsabilicen por el desarrollo integral de los hijos. Ellos han tenido que dejar que otros los formen y los eduquen.
Teniendo presente esta situación y sin previo aviso, los padres de familia se han visto enfrentados a retos enormes al encontrarse repentinamente con la obligación de programar todo el tiempo para sus hijos, teniendo que llenar día a día la agenda de las rutinas de estudio y recreación de ellos, lo cual les exige mucha creatividad y esfuerzo.
Christian Lederach Martínez, plantea la inteligencia como concepto cultural, y considera que “no solo los instrumentos para la evaluación de las capacidades intelectuales deben depender del contexto cultural, sino que la concepción misma de la Inteligencia, debe depender de las problemáticas que una cultura particular enfrenta dentro de sus procesos de adaptación al medio ambiente”.
Frente a este reto del COVID -19, los padres han tenido que tomar las riendas de esta situación, ya que no hay a quien delegar, y deben adaptarse, esforzarse, para poder desarrollar con inteligencia muchas habilidades en las actividades diarias. En los hogares son ellos el reflejo de una gran competencia Interpersonal y emocional que se está potenciando en la cotidianidad del hogar.
No es de extrañar que, como se había olvidado el papel tradicional de los padres, aparezcan momentos de ansiedad, desconsuelo y desesperación; de la noche a la mañana, deben aceptar que su casa se convierta en colegio, parque y restaurante, además ser profesores, instructores, recreadores, sacerdotes, enfermeras, doctores, psicólogos, chef, aseadores, etc., siendo ahora sí, padres de familia.
Tal parece que la vida, hoy reclama con urgencia que volvamos a esa unión familiar, en donde no hay mejor enseñanza que el consejo de papá y mamá y que volvamos a jugar; y la idea del afán, la rutina y el tiempo que nunca alcanzaba quedó en el pasado, siendo el tiempo ahora el factor que más abunda, para poderse mirar, conocerse y construir en el seno del hogar los valores que olvidamos, como la moral, la rectitud y la responsabilidad ante la sociedad y la familia.
Como una ayuda a los padres para que puedan cumplir cabalmente con la responsabilidad otorgada por el actual momento histórico, dejamos la siguiente guía general que les puede beneficiar:
-Guiar con mucho amor, pero sin consentir en extremo a los hijos.
-Enseñarles a que todo ser humano tiene derechos y deberes.
-Enseñarles que el orden constituye desde el principio la imagen de su personalidad y que tiene que ver mucho con los triunfos profesionales.
– Explicarles que la tolerancia es fundamental: “Ser tolerantes es entender la existencia del otro, desde su realidad”, como lo dice el sitio web eresmama.com.
-Enseñarles a decir la verdad, es una cualidad de un buen ser humano, y le va a traer muchos beneficios en el futuro.
– Indicarles que la obediencia no es un castigo sino una característica propia de los grandes triunfadores.
Con estos conceptos fundamentales lograremos construir una nueva sociedad en donde en lugar de pobreza haya bienestar, con lo cual estaremos construyendo una familia triunfadora. (Redacción: Adriana Contreras)