6 minutos de lectura. Es un lugar común pensar que el fascismo y el comunismo son ideologías opuestas. Pero en realidad son más cercanas de lo que se cree.
A pesar de que el movimiento fascista instaurado por Mussolini hace más de setenta años ya no existe oficialmente, el término continúa totalmente vivo. Sin embargo, hoy día pocos saben de qué se trataba y lo utilizan para descalificar a los oponentes políticos.
Los movimientos progresistas e izquierdistas han acuñado ese término como una especie de insulto, asegurando que la derecha política comparte la ideología fascista y nazi. Incluso el movimiento extremista de EEUU llamado Antifa (significa anti fascismo), incluye en su nombre mismo el rechazo al fascismo.
Pero, cabe preguntarse qué tan cercanas son las ideas de las llamadas derechas, con los movimientos que sumieron al mundo en el caos desde Alemania e Italia.
Los estudiosos de estos temas han coincidido en que, definitivamente, los movimientos promovidos por Hitler y Mussolini estaban en realidad muy alineados con las ideas socialistas. Incluso, el partido fundado por Hitler se llamaba “Partido Nacional Socialista Obrero Alemán”, no ocultaba sus inclinaciones.
Por supuesto que no se pueden negar tópicos fundamentales como la lucha contra la cultura judía, así como la supremacía de la raza alemana sobre otras etnias.
Sin embargo, tampoco se puede negar que su poder e influencia sobre el pueblo se basaban en el sentido de unidad y defensa de los valores nacionales. Se inculcó al pueblo la creencia de la injusticia que habían cometido potencias extranjeras contra ellos, por lo cual debía buscarse la reivindicación.
Todo lo anterior contribuyó a la proclamación de líderes fuertes y autoritarios, dispuestos a llevar a sus pueblos a un futuro promisorio, donde todos, especialmente los más vulnerables podrían tener cuanto desearan.
Una vez en el poder, crearon sistemas totalitarios, controlando los medios de comunicación y silenciando, no solo a los opositores, sino a aquellos que no parecían ser firmes en sus convicciones.
Por otra parte, el manejo de la economía en realidad era un socialismo con la apariencia de libre mercado.
En Alemania, por ejemplo, la llamada “privatización” de las empresas, realmente implantó el control sobre ellas por parte de miembros del partido. Aunque no se expropiaron, en la práctica pasaron a estar bajo el dominio del estado.
Gracias a esto, desde el gobierno se controlaba la producción y se supervisaba para que la industria sirviera a los fines del régimen. Esto, definitivamente es una práctica socialista.
En cuanto al comunismo, entendiéndolo como fue implantado en la Unión Soviética y en la China de Mao, se apoderó no solo de las tierras, sino de todos los medios de producción. Este manejo totalitario llevó a una profundización de la crisis económica de esos países, conduciéndolos al atraso respecto a las naciones occidentales.
Por otro lado, produjo una de las más grandes tragedias humanitarias, las cuales dejaron más de 100 millones de muertos. Tristemente, la muerte es una de las cosas que iguala a todos estos regímenes: Mao Tse Tung, Stalin y Hitler, en ese orden, son considerados los mayores genocidas de la historia.
Cabe destacar la similitud del manejo tanto económico como social que se dio en Alemania e Italia por un lado, y en China y la Unión Soviética por el otro y que hoy se consideran ideológicamente opuestas.
Es común hoy día calificar al fascismo y al nazismo como movimientos de ultraderecha. Pero los medios que utilizaron para imponer sus ideas se asemejan realmente a los empleados por el comunismo. Por un lado, es la imposición de gobiernos autoritarios, pues se tenía claro que la sociedad no aceptaría sus políticas libremente.
Entregar la capacidad de decisión individual al gobierno no es algo que se encuentre dentro de la naturaleza humana. Las sociedades modernas se forjaron precisamente, sobre la iniciativa de individuos que libremente aportaban ideas y conocimientos.
Tanto los gobiernos comunistas como los fascistas promovieron lo contrario. Solamente el estado tenía la capacidad pera decidir qué era lo que más convenía a la sociedad.
Finalmente, si observamos nuestro mundo actual, las cosas no han cambiado demasiado. Aunque los métodos son otros, los fines siguen siendo los mismos. Cuando se implantaron todos esos sistemas, se hizo mediante la violencia y la fuerza.
Pero hoy día se ha acudido al adoctrinamiento y la propaganda hábilmente manejada, para que sea la sociedad misma la que decida entregar su voluntad a unos pocos. Todo esto, al mejor estilo de Joseph Goebbels, el hábil ministro de propaganda de Hitler.
Esto nos señala la gran capacidad de adaptación del comunismo, el cual ha sabido sortear el fracaso de los regímenes soviético y maoísta. De tal modo se puede comprender el giro del Partido Comunista Chino, con la apertura económica, pero sin dejar el control político.
Por eso, la China de hoy es lo más parecido al partido nazi. Aunque la libre empresa ha producido gigantescas corporaciones, el estricto control del gobierno sobre ellas las convierte, en la práctica, en instrumentos del estado.
Por otro lado, el culto al líder en China hace que su voz sea la guía para el pensamiento del pueblo, el cual es controlado totalmente en lo que debe y lo que no debe pensar.
Pero lo más curioso es que, en China, a falta de judíos, se tiene a los pueblos minoritarios como uigures o tibetanos. Lógicamente, en nuestro mundo de hoy ya no podrían existir campos de exterminio. Pero existen los campos de reeducación, en los cuales se somete al genocidio cultural.
Todo lo anterior nos indica claramente que, a pesar de la asociación que se hace permanentemente entre el fascismo y la llamada derecha política, ni sus fines ni sus medios son similares.
Por el contrario, la hermandad de la ideología nazi y fascista con el socialismo, en la medida en que se analiza más profundamente, resulta ser mucho más real de lo que se quiere admitir por parte del progresismo actual.
Escrito por Carlos Morales G. para VCSradio.net
Fotos: Wikimedia commons
Fuentes:
FEE. (6 junio, 2022). Cinco datos sobre el fascismo. Panampost. https://panampost.com/fee-panampost/2022/06/06/cinco-datos-sobre-el-fascismo/
FÉLIX OVEJERO. (7 agosto, 2019). Fascismo y comunismo. El Mundo. https://www.elmundo.es/opinion/2019/08/07/5d4975d1fdddffb9618b4623.html
JULIO M. SHILING. Diciembre 26, 2020 El fascismo está tan a la izquierda como el comunismo. 14 y medio. https://www.14ymedio.com/opinion/fascismo-vocabulario-izquierda-comunismo_0_3010498921.html
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