Recientemente se dieron a conocer los resultados globales de las pruebas PISA llevadas a cabo en 2022. Se trata de un examen que evalúa conocimientos en matemática, lengua y ciencias, en alumnos de 15 años. Pero los resultados para América Latina son preocupantes.
El informe del Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes (PISA, por su sigla en inglés), se lleva a cabo cada tres años desde 2000.
El estudio, liderado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, OCDE, mide el nivel de comprensión de los estudiantes en las tras áreas anotadas, siguiendo un método comparativo entre los diferentes países que participan.
Pruebas PISA 2022
Muestra un marcado liderazgo asiático, pues seis de los diez primeros puestos los ocupan Singapur, Japón, Corea del Sur, Taiwán, Macao y Hong Kong. Tres son ocupados por países europeos (Estonia, Suiza y Países Bajos). Solo Canadá es de América.
Se concluye un retroceso general en el puntaje mundial. Sin embargo, los países líderes en las pruebas, en general mantuvieron los promedios obtenidos en versiones anteriores.
El bajo rendimiento general se atribuye, en gran parte, al período de confinamiento por el covid, que alteró los hábitos tanto de estudio como de enseñanza, para el caso de los maestros.
Sin embargo, muchos analistas afirman que este no es el único factor negativo, pues en América Latina, el retroceso fue muy significativo.
Por qué el retroceso de América Latina en las pruebas PISA
Chile, fue el mejor rankeado en matemáticas de América Latina en las pruebas PISA, con 412 puntos, se ubicó en el puesto 52 entre 81 participantes. Singapur ocupa el primer puesto con 575 puntos. El puntaje promedio de todos los participantes es de 470, con lo que sitúa a Chile 58 puntos por debajo de tal promedio.
También México, en el puesto 57 con 395 puntos, Colombia en el 64 con 383, Brasil en el 65 con 379, Argentina en el 66 con 378 puntos y Paraguay en el puesto 81 con 338 puntos.
En resumen, todo el continente en conjunto se encuentra por debajo del promedio general. Esto es un indicativo claro de atraso en el sistema educativo de la región.
Según especialistas del Banco Interamericano de Desarrollo, “la región está rezagada 5 años de escolaridad respecto a la OCDE y 10 años con respecto al líder del ranking”.
O sea que la diferencia en educación de un adolescente chileno de 15 años es de tres años respecto al promedio de los países de la OCDE. Y si lo comparamos con Singapur, el atraso es de 8 años.
¿Por qué estamos tan mal en la educación de nuestros países?
No es fácil conocer qué pasa en nuestro continente con la educación, debido a la complejidad de elementos que convergen aquí. Pero se concluye que hay muchos obstáculos comunes.
- Inestabilidad política de vieja data en la mayoría de los países de América Latina: esto desplaza la educación a un lugar secundario.
- La corrupción política que lleva al desvío de recursos destinados a la educación.
- El populismo de los gobernantes haciendo promesas que nunca cumplen, solo alimentan las esperanzas del pueblo. Como lo que dijo el presidente López Obrador de México sobre los pobres resultados: “Nosotros no (los tomamos en cuenta), porque esos parámetros se crearon en la época del neoliberalismo, del predominio del periodo neoliberal”.
Esta es una forma típica de estos gobiernos, de evadir su responsabilidad, culpando a los sistemas políticos que no comparten, por el fracaso de su propia gestión.
- Pobreza general: Muchas regiones requieren grandes recursos que el país no logra cubrir.
El caso de Colombia
Colombia situado en el promedio de los países de América Latina, y en el puesto 64 entre 81 participantes, no abriga muchas esperanzas de mejorar en el corto plazo.
El 71% de los estudiantes no logra resolver problemas básicos de matemáticas, y el 51% no lo logra en lectura y ciencia; hay que admitir que existe un problema grave.
¿De quién es la culpa?
- La educación pública en Colombia ha estado durante mucho tiempo bajo la tutela de Fecode, el todopoderoso sindicato que representa a los maestros. Este nunca ha mostrado interés en lograr la excelencia en la calidad de la educación. Solo aboga por mejores salarios. Está más interesado en el adoctrinamiento político de los alumnos que en el rendimiento académico.
- Ningún gobierno ha mostrado el suficiente interés en modernizar el sistema educativo.
- No existe continuidad en las políticas de la enseñanza. Cada gobierno hace reformas, o establece leyes para llevar la educación a los sitios más alejados, pero no implementa tales disposiciones, pues no destina los recursos suficientes.
- En las grandes ciudades, a veces se construyen nuevas escuelas, pero no se las dota convenientemente, o la planta de maestros es insuficiente.
- La falta de una dirección educativa basada en las necesidades reales del país para garantizar un buen futuro a los estudiantes. Esto estimula la deserción escolar antes de terminar la secundaria. Y entre los que logran culminarla, muchos no pueden acceder a estudios de alto nivel por su preparación mediocre.
- Los estudiantes de las áreas rurales no reciben una formación para desempeñarse en sus regiones, ni adquieren herramientas para poder competir en las grandes urbes.
Los anteriores son unos puntos sobresalientes, en medio del gran olvido que por años ha tenido el campo educativo en Colombia. Y ahora, con un nuevo gobierno de corte progresista, las esperanzas de mejorar son prácticamente nulas.
¿Se puede mejorar el panorama educativo en América Latina?
Por supuesto que sí. Pero para ello se necesita la unión de muchas voluntades, dispuestas a marchar en la misma dirección.
- Los gobiernos deben comprometerse en trazar políticas realistas, haciendo estudios serios sobre las fallas del sistema e implementando las herramientas adecuadas. No necesariamente se trata de mucho más dinero, pues casos como el de Estonia, comparada con otros países europeos, demuestran que no necesariamente este es el principal factor. Más bien, se debe vigilar que sea invertido adecuadamente y no se desvíe a la corrupción.
- Los maestros necesitan capacitarse a niveles competitivos, con unos salarios justos, escalados según la preparación y rendimiento que muestren los docentes.
- Los alumnos deben recibir herramientas para encarar ese futuro. De nada sirve si solo aprenden una serie de conceptos poco prácticos en el futuro. Hay que enseñarles a pensar, a crear y a solucionar problemas.
Los países exitosos educan a sus alumnos como personas que aportan mientras estudian, no simplemente como máquinas de registrar conocimientos.
- Tener continuidad de un curso a otro. Los países que están en el top 10 del listado enseñan pocas cosas, pero de forma profunda y concatenadas entre sí.
El papel de la familia en la educación
Muy pocas veces se menciona a los padres cuando se analiza el problema educativo. Sin embargo, los expertos demostraron es que el entorno familiar es fundamental para el éxito de un alumno. He aquí algunos aspectos:
- Un hogar donde se tengan más de 100 libros asegura un mejor manejo académico que uno donde hay 20 o no se encuentra ninguno.
- La formación y guía de los padres puede impulsar a los niños en amor al estudio, y crear el hábito de la lectura. Muchos padres delegan esta responsabilidad en los profesores.
- Hay mayor rendimiento escolar cuando los padres se involucran en los deberes escolares, están pendientes de su avance y fortalecen las materias difíciles.
- Un padre que vigila el progreso de sus hijos en la escuela, logra conocer las vocaciones y fortalezas de sus hijos, y así puede dirigirlo acertadamente en su futuro profesional.
- El continuo dialogo entre padre e hijo, permite conocer las inquietudes o dificultades del hijo, para así asumir soluciones e ideas que potencien su desarrollo educativo.
- Jamás se debe descargar la responsabilidad de la formación de los hijos a los gobiernos ni a las escuelas, no solo en los exámenes como las pruebas PISA, sino en toda su trayectoria escolar.
En conclusión, los niños y jóvenes son, de lejos, el recurso más valioso de cualquier sociedad. Por eso, los países que así lo han entendido, marchan adelante, no solo en los puntajes sobresalientes de los exámenes, sino en la riqueza y el bienestar de sus ciudadanos.
Escrito por Carlos Morales G. para VCSradio.net
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