En los tiempos modernos, a medida que los valores van dejando de ocupar un lugar de importancia en la cultura, el concepto de caballerosidad así mismo ha perdido su validez y eventualmente, la imagen de un hombre atento y cordial que se preocupa por el bienestar de quienes lo rodean, ha quedado relegado a un tercer lugar.
La sociedad, cada vez más llena de problemáticas ha hecho que la educación en valores sea más pobre, llevando a que las generaciones del último siglo tiendan a estar más desprendidas de tales costumbres.
Si nos remitimos a los años 40, 50 o 60, podemos ver que la comprensión de los valores, heredados por la fe cristiana protestante o católica, en lo que a occidente se refiere, constituían un aspecto de mayor relevancia para las personas, lo que se podía ver en cualquier ambiente de la sociedad.
En aquel entonces las relaciones entre el hombre y la mujer de la clase principal, la clase media trabajadora, arraigada a los valores de la fe y la familia, se basaba en el respeto y la cortesía; y para los hombres, la caballerosidad era algo más de rutina.
El hombre dedicado, atento, preocupado, cuidadoso y laborioso siempre ha sido visto con buenos ojos por cualquier persona, especialmente por cualquier dama que, como buena representante del género, aprecie los buenos detalles, especialmente la cordialidad.
Tales aspectos, tan representativos en la naturaleza masculina, a lo largo de la historia de la civilización siempre han rendido sus buenos frutos y ha hecho que en diferentes contextos sea un aporte a las relaciones con el género opuesto.
Por otro lado, en la era moderna, el pensamiento feminista radical y otros movimientos de la contracultura como la denominada ideología de género, impulsados por la idea de construir estereotipos como el de la identidad del hombre y la mujer, han dado su aporte a que actitudes como la caballerosidad sean cada vez menos visibles en la sociedad.
De igual modo tales ideas propias de la era moderna han fragmentado en gran parte los valores tradicionales, convirtiéndolos en conceptos vacíos que invitan a las personas a pensar en el libre desarrollo de su personalidad, sin pensar en que por cada libertad que nos otorga la sociedad así mismo se establece un compromiso.
Quizás por la misma razón, es que ahora se ve cómo la concepción de lo que es correcto y representa el bien, ha quedado sumido en el olvido, mientras que se vanagloria los conceptos más modernos que se contraponen al orden.
En muchos casos las mujeres optan por ver con buenos ojos, a los hombres que utilizan a la patanería como etiqueta de su comportamiento, llevando a donde quiera que vayan comportamientos indecentes.
El concepto moderno del hombre cada vez más alejado de sus costumbres, raíces y tradiciones, lleva un estilo de vida que se antepone a la decencia y la virtud, promulgando en el peor de los casos una imagen desdeñada y perturbada por el abuso de narcóticos.
Redacción, César Múnera para VCS Radio.net