7 minutos. El budismo Zen fue iniciado por un monje budista llamado Bodhidharma o simplemente Damo, nacido en el sur de India. Este monje fue a misionar a China en el siglo VI y fundó allí la escuela Chan, desarrollada luego en Japón bajo el nombre de Zen.
La Vía del Zen es un camino de despertar espiritual, una tradición que se ha perpetuado de generación en generación, de maestro a discípulos, atravesando culturas y áreas geográficas muy diversas.
El origen del budismo Zen se remonta a la época del Buda Sakiamuni, fundador histórico del budismo quien nació en la India en el año 623 antes de Cristo. El Buda, después de su Iluminación, desarrolló un sinnúmero de formas para enseñar a sus discípulos a llegar a la iluminación.
En cuanto al significado del término “budismo”, éste viene de la palabra buddhi, que significa “despertar” o “inteligencia” en sánscrito. Según los budistas, quienes siguen sus principios, encuentran el sentido de la vida, desarrollan la sabiduría para comprender el mundo, tienen una conducta ética y son conscientes de sus acciones y pensamientos.
El budismo es actualmente la cuarta religión con más seguidores en el mundo, superada sólo por el cristianismo, el islam y el hinduismo. Se calcula que hay aproximadamente 490 millones de budistas en el mundo, es decir, aproximadamente el 7% de la población mundial.
La mitad de los seguidores del budismo viven en China también es predominante en Tailandia, Japón, y otros países de Asia, representando el 44% del total. El 6% está fuera de Asia.
La vía Zen es una de las escuelas más importantes del budismo seguido por el budismo tibetano, con el que comparte principios y creencias.
¿En qué consiste el Budismo Zen?
El Zen no es una teoría, ni una filosofía, ni un dogma. El Zen no busca lo intelectual sino la sabiduría interior que ayuda a la liberación de apegos y ataduras de la mente y proporciona herramientas para superar todo aquello que aleja a la persona de la paz interior.
Zen es sobre todo una experiencia, una forma de vivir, una actitud ante la vida y ante la muerte. Es vivir la realidad tal como es, es ver las cosas tal como son.
Tener una actitud Zen significa ser plenamente consciente del momento presente. Esto ayuda a liberar estrés, ansiedad, depresión e ira. Enseña a concentrarse en los pensamientos positivos y las acciones que ayudan a relajarse y a responder de forma equilibrada a los problemas cotidianos.
La iluminación, el objetivo de la meditación Zen
La finalidad de la vía Zen es la Iluminación, ese estado en el que la realidad se percibe de forma simple y directa. Para lograr este estado de iluminación se requiere un proceso de depuración de la mente y esto se logra con la meditación.
El Zen es la escuela de budismo que toma a la meditación como la vía directa para alcanzar el despertar.
Practicar la meditación Zen ayuda a que ocurra un despertar de la mente. Es el Zen entre todas las diferentes escuelas tradicionales, la que toma a la meditación como la principal herramienta para llegar a este logro.
Así mismo, el budismo Zen considera que la Mente es idéntica a la realidad. Esto quiere decir que, si queremos llegar a un despertar pleno, tenemos que aproximar directamente aquello que nos permite percibir la realidad, tenemos que aproximar directamente a la propia mente; para esto es la meditación.
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Realizar meditación es emprender la búsqueda de uno mismo, el entendimiento de ese ser universal que olvidamos la mayoría del tiempo, pero que en esencia somos. Involucra una gran fortaleza espiritual, pues se debe lidiar, entre otras cosas, con nuestro espejo oscuro; es decir, con esos pensamientos molestos, así como con nuestros errores, miedos y escenarios reales poco deseables.
Pilares de la práctica Zen
El camino Zen se basa en tres aspectos principales.
1. Zazen: Refiere a la postura de ‘meditar sentado’.
2. La observancia de un estilo de vida o comportamiento ético.
3. La comprensión de la sabiduría.
Propuestas para vivir una vida Zen
- Haz una sola cosa a la vez.
- Hazlo despacio.
- Haz menos.
- Deja espacio entre actividad y actividad.
- Desarrolla algún tipo de ritual relajante.
- Adjudica tiempo a ciertas actividades.
- Dedica tiempo a permanecer en meditación
- Dedica tiempo a no hacer nada
- Piensa en lo que es necesario
- Sonríe y ayuda a otros.
La práctica del Zen fuera del monasterio
Los monjes budistas que viven en monasterios aislados del bullicio y caos de las ciudades pueden permanecer muchas horas en meditación y llevar una vida pausada. Ese no es el caso para las personas que viven en ciudades atiborradas de gente, de ciencia y tecnología, y muchas otras distracciones que generan estrés y ansiedad de forma permanente.
Ellos deben combinar su vida normal con las prácticas espirituales y esforzarse aún más en la auto disciplina. Sin embargo, cada día hay más meditadores zen en el mundo occidental quienes además de experimentar sus beneficios en la salud física y mental, los enseña a ser mejores personas.
Las practicas ancestrales se han convertido hoy en una buena alternativa para que las personas aprendan a manejar adecuadamente las exigencias del medio y además alcanzar la paz interior tan necesaria en estos tiempos caóticos.
Redacción Margarita Restrepo para VCSAradio.net, con información del Centro Budista de la ciudad de México
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