En 2023, la plenaria del Senado de la República de Colombia aprobó el proyecto de ley que permite el divorcio libre, una iniciativa legislativa que daría vía libre al divorcio por la sola voluntad de cualquiera de los dos cónyuges. La medida fue aprobada por 51 votos a favor y 19 en contra.
Permitiría a las personas divorciarse de forma más rápida y sencilla, sin tener que demostrar ante un juez que existen causas legales o justificadas para la separación.
Sin embargo, la medida también podría ser una amenaza a la estabilidad de la institución del matrimonio.
Esa facilidad del divorcio libre podría hacer que el matrimonio sea menos valorado y podría conducir a un aumento de las tasas de divorcio, con evidente trauma para muchas más familias.
Aunque sea una medida adoptada por otros países de América Latina, como Argentina, Uruguay y Chile, no necesariamente sea lo más indicado para el logro de una sociedad.
En estos supuestos ‘avances’ legales parece estar implicada la agenda globalista, de la cual es agente principal el Foro Económico Mundial (WEF, por la sigla en inglés).
Algunos observadores hacen notar que el WEF ha argumentado que el divorcio libre es una parte de su agenda, y que con esas medidas pretenden “desmantelar la familia tradicional”.
Cabos sueltos
Aún queda pendiente en Colombia, la adecuada distribución de los bienes habidos durante el matrimonio.
En un caso presentado, la Corte Suprema señaló que, contrario a lo dicho por el juez y el tribunal, las deudas contraídas mientras la sociedad conyugal o patrimonial estuvo vigente, se presumen sociales, o sea de la pareja, y no personales señala El Universal.
“Presumir lo contrario generaría un desequilibrio patrimonial, pues implicaría que mientras los bienes sí se distribuyen en partes iguales, los pasivos serían responsabilidad exclusiva del cónyuge o compañero que lo contrajo”, se expresa en el fallo.
A pesar de que el Congreso busca simplificar los procedimientos para que una pareja se divorcie, la justicia recuerda que la ruptura de una pareja deja muchos cabos sueltos que deben resolverse.
Sobre este tema, Wilson Murillo, abogado de familia Universidad Manuela Beltrán, asegura que, si bien el legislador puede facilitar las causales para que una pareja se divorcie, no pueden pasarse por alto temas como las deudas que quedan de una unión.
“Sería injusto que yo me entere de que mi pareja se divorció de mí y tras de eso me dejó con las deudas. Las deudas son adquiridas por los esposos conjuntamente y el proyecto de ley no puede desconocer el principio de solidaridad conyugal”, dice.
Esto también lo expresa Luis Alfonso Acevedo, director corporativo de Centro Jurídico Internacional: ”este proyecto de ley no es claro porque toca muy someramente cómo debería plantearse la propuesta de divorcio, pero no es claro en cuanto a cuáles serian las situaciones que deberían tenerse en cuenta para la distribución de los pasivos y como quedarían en cabeza de ambos cónyuges”.
Escrito por José Hermosa para VCS Radio.net.
Imagen de portada (Toma de YT / La Nación).
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