El cambio de nombres de calles en el barrio de Gracia, Barcelona, genera polémica. Las santas ceden su lugar a figuras locales, desatando un debate sobre feminismo, identidad y memoria histórica.
En el vibrante barrio de Gracia, en Barcelona, un reciente cambio en los nombres de las calles ha generado un acalorado debate sobre la identidad, la memoria histórica y el feminismo. Las calles que llevaban los nombres de santas como Santa Águeda, Santa Rosa y Santa Magdalena ahora llevan los nombres de Agatha Badia i Puig Rodon, Magdalena E. Blanc y Rosa Puig Rodon.
Esta decisión, promovida por el Ayuntamiento de Barcelona bajo la administración socialista, ha desatado críticas desde diversos sectores que ven en esta acción un ataque directo al patrimonio religioso y cultural de la ciudad.
Un Feminismo Contradictorio
El cambio en los nombres de las calles ha sido justificado por el Ayuntamiento de Barcelona como parte de una iniciativa para aumentar la representación de las mujeres en el espacio público. Sin embargo, este argumento ha sido cuestionado por quienes señalan que las calles ya llevaban nombres de mujeres, aunque santas, que han sido sustituidas por nombres que exaltan más los apellidos paternos, paradójicamente reforzando el patriarcado que dicen combatir.
Raquel Gil, concejal de «Feminismo, Igualdad y Memoria Democrática», defendió la medida afirmando que el objetivo es dar a las mujeres un nombre y apellido “más allá de creencias y otras cuestiones”. Sin embargo, críticos de la medida señalan que esta decisión refleja más una postura ideológica contra el catolicismo que un verdadero intento de justicia social o histórica.
La Resistencia a la Descristianización
La eliminación de los nombres de santos no solo ha provocado una reacción en el ámbito religioso, sino que también ha despertado temores de una posible “islamización” futura. El eurodiputado Hermann Tertsch advirtió que este proceso de descristianización podría abrir la puerta a la sustitución de los nombres de calles por figuras islámicas, incluyendo a aquellos que históricamente fueron enemigos de España durante las Cruzadas.
Este temor se suma a las críticas de otros líderes políticos, como Gonzalo de Oro de Vox, quien acusa al Ayuntamiento de Barcelona de intentar borrar todo rastro de catolicismo en la ciudad. De Oro argumenta que el cambio de nombre de calles históricas es un acto ideológico que busca destruir la identidad católica y española.
La Defensa del Patrimonio Cultural
No solo las santas han sido afectadas. El nombre de la calle San Rafael, en el barrio del Raval, también está en proceso de cambio. Esta acción ha generado una respuesta organizada por e-christians, una entidad que busca preservar las tradiciones cristianas y proteger los nombres históricos de las calles.
Por su parte, el medio Forum Libertas ha criticado duramente las acciones del ayuntamiento, señalando que estos cambios pretenden borrar más de 150 años de historia y sustituirlos por figuras ideológicas. Citando a J.R.R. Tolkien, el medio lamenta que “el mal no puede crear nada nuevo, sólo puede corromper o arruinar lo que las fuerzas del bien han inventado o construido”.
Le puede interesar: El Foro Económico Mundial y el Gran Reinicio: Una Era de Acontecimientos Impactantes se Aproxima