8 minutos de lectura. “La compasión hacia los demás comienza con la bondad hacia nosotros mismos”, Pena Chödron practicante del budismo tibetano
La autocompasión es la capacidad de tratarnos a nosotros mismos con amabilidad y comprensión, incluso cuando estamos sufriendo o cometimos errores. Es importante porque nos ayuda a sentirnos bien con nosotros mismos y a ser más resilientes ante la adversidad.
La sabiduría antigua y las prácticas espirituales de todas las culturas abogan por la compasión, o la expresión de empatía hacia los demás en su sufrimiento. Al desarrollar la autocompasión, podemos devolver gradualmente la paz y el bienestar dentro de nuestros corazones, y abrirlos hacia los demás, aportando de esta manera un profundo significado y propósito a nuestras vidas.
Cómo practicar la autocompasión
¿Eres de los que te castigas ante un error?, ¿te castigas cuando te has equivocado?, ¿tu voz interior te maldice constantemente cuando has hecho algo que a lo mejor no deberías haber hecho?
Esto no debe ocurrir y para esto es necesario entonces practicar la autocompasión.
Hay muchas cosas que podemos hacer para practicar la autocompasión, como, por ejemplo:
- Ser amables con nosotros mismos: Cuando estemos pasando por un momento difícil, tratemos de hablarnos a nosotros mismos con amabilidad y comprensión.Trátate bien utilizando palabras calmadas, emplea un tono de voz amable, un gesto tierno, escuchar tu canción favorita… cualquier acto amable con intención de reconfortarte servirá.
Dígase a sí mismo: “Es natural y correcto ser amable conmigo mismo. Soy digno y merezco compasión y empatía”.
- Perdonarnos y evitar autocriticarnos: Cuando cometamos un error, perdonémonos a nosotros mismos y sigamos adelante. Alguien que se siente culpable o se arrepiente del pasado puede tener un gran miedo de actuar, por temor a estar equivocado. Aceptar que todos cometemos errores es una parte importante para avanzar hacia un corazón de compasión. Cuando nos criticamos constantemente, es difícil sentirnos bien con nosotros mismos.
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Dígase a sí mismo: “Me perdono porque soy humano y nadie es perfecto. Dejo ir el arrepentimiento y acepto los desafíos sin miedo al fracaso”.
- Practicar la atención plena: La atención plena es un estado activo que implica vivir el momento y prestar atención a tus reacciones emocionales. La atención plena nos ayuda a reconocer y aceptar nuestras emociones sin juzgarlas.Una vez que podamos reconocer nuestras emociones, podemos tomar medidas para salir de su control.
Sea gentil y amable consigo mismo, en lugar de negar o juzgar sus emociones. Admita la liberación de sus emociones de maneras saludables, como llorar, hablar con un amigo o escribir una carta expresando sus sentimientos para usted o para alguien con quien desee comunicarse, incluso si nunca la envía. Poner sus sentimientos por escrito puede tener un notable efecto liberador.
En un conflicto trate de tener mente amplia para imaginar los sentimientos de los demás. Esto puede reducir la intensidad de sus propias emociones.
- Evitar sentimientos de ira: La ira, igualmente, tiene sus raíces en el pasado. Uno puede haber sentido la aguda injusticia de la vida, pero aferrarse a la ira no hace nada positivo para el cuerpo o el alma. En lugar de dejar que la ira carcoma el corazón, puede transformarse en un vehículo para el cambio positivo.
- No formular expectativas poco realistas: Cuando nos fijamos expectativas poco realistas de cumplir, es más probable que nos sintamos frustrados y decepcionados con nosotros mismos. Evitemos esa frustración.
- Evitar sensaciones de tristeza, ocasionada por una gran pérdida o desesperanza, porque puede ser causante de no ser una persona autocompasiva. Aprender a observar este sentimiento sin detenerse en él es un paso importante para liberarse de él. Aunque no podemos controlar la emoción, podemos controlar cómo reaccionamos ante ella. Al aceptarla y dejarla ir, podemos avanzar.
- Evitar la baja autoestima:tener baja autoestima tiene su origen en mecanismos psicológicos destructivos, los cuales se deben evitar como, por ejemplo:
“Todo me sale mal”, “soy un desastre“, “nadie sabe todo lo que he sufrido”. Pensar de esta manera dificulta sentirse bien y practicar la autocompasión.
- Cultivar una actitud de gratitud: Siempre contar las cosas buenas en lugar de sentirse desanimado por lo que no está bien en su vida. Este cambio de actitud puede ayudar a ver el mundo como un amigo, en lugar de un enemigo, y permitir que la belleza y la paz entren en nuestras vidas.
La gratitud puede expresarse en un escrito, sentirse en su corazón durante un paseo por la naturaleza, escribirse en una tarjeta o carta a un amigo, u observarse tranquilamente en su mente. Tome nota de los momentos positivos a medida que ocurren a lo largo del día, luego recuérdelos y compártalos para mantenerlos vivos.
Dígase a sí mismo:” Estoy agradecido por todas mis fortalezas y por cada oportunidad que me da la vida para crecer y mejorar”.
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Beneficios de la autocompasión
- Aumenta la autoestima: La autocompasión nos ayuda a sentirnos bien con nosotros mismos y a resaltar nuestros valores. Si siempre nos fijamos en lo que nos sale bien, en vez de en lo que nos sale mal, las emociones también cambiarán.
- Mejora la salud mental: La autocompasión nos ayuda a prevenir problemas de salud mental, como la depresión, la ansiedad, el estrés y la vergüenza. Por el contrario, ayuda a relacionarse con sentimientos de optimismo, satisfacción por la vida, la autonomía y la sabiduría.
- Mejora las relaciones: La autocompasión ayuda a ser más comprensivos y empáticos con los demás.
Ejercicios de autocompasión
Aquí hay algunos ejercicios que puedes probar para practicar la autocompasión:
- Escribe una carta a ti mismo: En la carta, expresa tus sentimientos y pensamientos con amabilidad y comprensión.
- Hazte un abrazo: Abraza tu cuerpo y tus emociones con amabilidad y aceptación.
- Recuerda tus fortalezas: Piensa en tus cualidades positivas y en lo que eres bueno.
- Haz algo que te guste: Haz algo que te haga sentir bien contigo mismo, como pasar tiempo con tus seres queridos, hacer algo que disfrutas o darte un regalo.
Recuerda que la autocompasión es un proceso continuo. No es algo que se logre de la noche a la mañana. Con la práctica, podrás aprender a ser más amable y comprensivo contigo mismo.
Articulo escrito por Margarita Restrepo para VCSrdio.net con información de Visión Times.
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