Aunque la naturaleza humana tiene una faceta que intenta huir de lo bueno y dar pie al caos, la faceta que busca alejarse de lo malo y disfrutar de lo simple también existe y debe tomar la delantera. Las tradiciones y la familia son claves en ello.
A pesar que existen muchos tipos de familias, unas numerosas y otras muy pequeñas, el común denominador en ellas, está en la bondad que se comparte entre sus integrantes y en las oportunidades que hay para que esta bondad, salga del interior y se manifieste, exponiendo lo que en realidad está allí dentro.
La mejor oportunidad para hacerlo está en la tradición, ya que esta es el resultado de experiencias recientes, centenarias o milenarias hechas manifiestas para armonizar la relación con el otro y superar con facilidad las diferencias.
Una de las tradiciones por excelencia en la cultura occidental es la noche que conmemora el nacimiento de Jesús, la noche buena.
Gracias a esta fecha tradicional, que conmemora el nacimiento de una figura ejemplar, muchas familias lograban reunirse, muchas personas distanciadas lograban acercarse y muchos actos de bondad lograban materializarse.
Se trata solo de una fecha tradicional, pero llevaba en su interior el potencial de reunir a la familia, lo que podía fortalecer a la sociedad y refrescar el alma de los individuos.
Otra fecha tradicional también importante, una que se vivía fervientemente en Estados Unidos, el día de la independencia. Se podía apreciar como las personas lograban congregarse y unir sus espíritus para conmemorar un momento especial.
Es una fecha en la que se recuerda abiertamente la importancia de la libertad y el valor que tiene una nación fundada en tal principio. Muchos vecindarios celebraban tal momento con reuniones familiares, fiestas y fuegos pirotécnicos.
Mientras que la noche buena recuerda la bondad de Dios para con los hombres, el día de la independencia recuerda la libertad otorgada a los hombres por Dios y ambos actos se llevan a cabo en el marco de una tradición.
Aunque a menor escala, cuando una familia se dirigía a un culto en un fin de semana, se llevaba a cabo una tradición que cumple con el propósito que ya se había visto, unir. Al reducir aún más estos momentos, la cena que se celebraba cada noche con la familia hacia parte de estas tradiciones.
Al ser más conscientes de que cada uno de estos momentos tenía el propósito de unir, de emerger bondad y crear fuertes lazos entre las personas, se puede llegar entonces a un punto de reflexión.
Actualmente cada una de estas actividades se ha visto fuertemente distorsionada, despreciada y manipulada. El sentimiento que tenían quienes en antaño celebraban estas tradiciones, ha cambiado radicalmente y lo que se percibe en la actualidad es, un aura de superficialidad y de desprecio por su esencia, la unión familiar.
Las tradiciones se están agrietando. En noche buena son menos las familias que se reúnen y más las que van a fiestas con personas que ni conocen, se ha vuelto una celebración con menos respeto y más como un día de consumo para comprar.
Quienes celebran la independencia de su nación son tomados como anticuados o ultraderechistas, muchos no recuerdan los motivos que subyacen a tal celebración tradicional.
Las reuniones en los cultos cada vez menos incluyen a núcleos familiares enteros y las cenas en familia son custodiadas por aparatos electrónicos (celulares, televisores, etc.) que actúan como murallas entre padres, hijos, hermanos, cuñadas, tíos, abuelos, si es que alguna vez cenan unidos.
El propósito de las tradiciones es unir, pero muchos han puesto fin a la tradición y aún se preguntan el porqué de tanto distanciamiento, conflicto y dolor.
Artículo, Sebastián Puerta para VCS radio.net