El voraz incendio que consumió el 15 de abril, a la icónica Catedral parisina de Notre Dame es la más reciente de la larga serie de profanaciones, de origen desconocido, que llenan de consternación a la sociedad francesa.
Por lo menos una docena de actos vandálicos han asediado a los monumentos cristianos del país recientemente.
La iglesia Notre-Dame des Enfants (Nuestra Señora de los Niños), ha sido profanada con la demarcación de una cruz hecha con excrementos humanos, el saqueo del altar mayor y el sagrario, de donde se extrajeron las hostias que se hallaron depositadas en un basurero.
Similares atropellos se registraron en las iglesias deNotre-Dame en Dijon, en la iglesia de Lavaur y en varios otros templos de la periferia de París.
Entre los daños se cuentan los aplastamientos de estatuas, roturas de muebles y ornamentos, al igual que destrozos de libros ceremoniales y altares.
Jean Terlier, diputado del distrito local, dijo en una declaración: “Condeno enérgicamente el vandalismo de la Catedral de Lavaur y comparto la indignación provocada por este acto intolerable”, según el Daily Express.
Asimismo, dentro de las atroces violaciones se encuentra el incendio de la iglesia de Saint-Sulpice, no lejos de la de Saint-Germain-des-Prés, ambas catalogadas como monumentos nacionales.
Hasta el momento las autoridades religiosas guardan silencio. La Conferencia episcopal y varias personalidades se han limitado a subrayar esa amenaza anticristiana, esperando que la autoridad política y policial haga su trabajo, señaló ABC.
No obstante el dolor de sus fieles y de los amantes de las bellas joyas arquitectónicas, para otras personas los sentimiento fueron muy diferentes, tal como lo expresaron abundantemente a través de Twitter. Un ejemplo es Rodrigo Venegas que expresó: ‘La iglesia que ilumina es la que arde’
En otros hechos bandas antisemitas profanaron cementerios judíos, dejando dibujadas cruces gamadas. Redacción bles