Consecuencias de disciplinar a los niños con gritos te menciona qué problemas causan los gritos en el desarrollo emocional y psicológico. También te menciona herramientas positivas para disciplinar sin gritos como mantener la calma y el respeto, establecer límites claros, utilizar el refuerzo positivo, etc… Puedes leer o escuchar la nota a continuación…
En la crianza de los hijos, la disciplina juega un papel fundamental para guiarlos hacia un comportamiento adecuado y responsable.
Sin embargo, es importante diferenciar entre la disciplina efectiva y el uso de métodos perjudiciales como los gritos, que pueden tener consecuencias negativas a corto y largo plazo en el desarrollo emocional y psicológico de los niños.
Algunos padres optan por esta crianza de gritar a sus hijos como un método para disciplinarlos, pero, se puede decir que no siempre es la más efectiva. De hecho, gritar puede ser contraproducente. Puede hacer que los niños se sientan asustados, enojados y resentidos. Esto también puede dañar la relación padre e hijo.
Tampoco se puede decir que disciplinar sea malo en la crianza, pues la disciplina es una parte fundamental cuando de educar se trata, ya que por medio de esta se les enseña límites, normas y valores que les serán útiles en su vida diaria.
En este artículo te contaremos cómo los gritos pueden ser negativos y traer consecuencias en el desarrollo de los niños. También te contaremos cómo disciplinar sin recurrir a los gritos y algunos consejos adicionales.
¿Por qué los gritos no son una forma efectiva de disciplinar?
Muchos padres y cuidadores caen en la tentación de usar el grito como método disciplinario.
Los gritos pueden parecer una forma rápida de controlar el comportamiento de los niños, pero en realidad generan más problemas de los que resuelven.
1. Daña la autoestima y la confianza en sí mismos
Los gritos constantes pueden hacer que los niños se sientan incapaces, inadecuados y sin valor. Esto puede afectar negativamente su autoestima y su confianza en sí mismos, dificultando su desarrollo social y emocional.
2. Aumenta la ansiedad y el estrés
Los gritos generan un ambiente de tensión y miedo en los niños, lo que puede aumentar sus niveles de ansiedad y estrés. Esto puede afectar su salud física y mental, y dificultar su capacidad de aprendizaje y concentración.
3. Los gritos promueven el comportamiento agresivo en los niños
Los niños aprenden por imitación, y si ven que sus padres recurren a los gritos para resolver conflictos, es probable que ellos también adopten este comportamiento. Esto puede generar problemas de agresividad y violencia en el futuro.
4. Dificulta la comunicación y la conexión emocional
Los gritos crean una barrera entre padres e hijos, dificultando la comunicación y la conexión emocional. Esto puede afectar negativamente la relación familiar y generar sentimientos de resentimiento en los niños hacia sus padres.
5. Gritar a un niño dificulta su habilidad para resolver problemas
Los gritos no enseñan a los niños cómo resolver los problemas de manera efectiva. En cambio, los deja confundidos y frustrados, sin las herramientas necesarias para afrontar las dificultades de manera constructiva.
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Cómo disciplinar a tu hijo sin recurrir a los gritos
El portal guía infantil menciona que, a los niños se les debe hablar siempre desde el respeto y la calma. Además, existen ciertas pautas que son claves para relacionarte con tus hijos y no aplicar los gritos en la crianza para disciplinar.
Mantén la calma y el respeto
Es difícil mantener la calma cuando tu hijo se está comportando mal, pero es importante intentarlo. Si gritas, solo vas a empeorar la situación. Toma algunas respiraciones profundas y trata de mantener la calma.
Establece límites claros y consecuencias
Para disciplinar a los niños de manera efectiva sin gritar, es importante establecer límites claros y explicar las consecuencias de sus acciones.
Los niños necesitan saber qué se espera de ellos y cuáles serán las repercusiones si no cumplen con las reglas.
Establece reglas adecuadas a la edad y nivel de desarrollo del niño, y asegúrate de que sean realistas y alcanzables. Además, es importante ser coherente en la aplicación de sus consecuencias, para que los niños entiendan que siempre habrá una consecuencia negativa si no cumplen con las reglas.
Utiliza la comunicación empática y efectiva
La comunicación efectiva es un elemento clave para disciplinar a los niños sin recurrir al grito.
Es importante escuchar y entender las necesidades y emociones de los niños, para poder abordar cualquier conflicto o problema de manera adecuada.
El portal escuela Nemomarlin en España habla sobre la comunicación empática. Esta se basa en escuchar sus sentimientos y necesidades. Cuando el niño se sienta comprendido, será más receptivo a tus consejos.
Antes de reaccionar con enojo o frustración, tómate un momento para respirar profundamente y pensar en cómo abordar la situación de manera respetuosa.
Habla con calma y utiliza un tono de voz tranquilo, explicando claramente cuál ha sido el comportamiento inadecuado y por qué es importante corregirlo. Mostrar empatía hacia los niños y tratar de entender su punto de vista les ayuda a sentirse comprendidos y facilita la disciplina sin necesidad de gritar.
Usa el refuerzo positivo
El refuerzo positivo es una herramienta poderosa para disciplinar a los niños sin recurrir al grito. Consiste en elogiar y recompensar el buen comportamiento de los niños, lo cual refuerza la idea de que sus acciones tienen consecuencias positivas.
Al elogiar a los niños por comportarse adecuadamente, se motiva su deseo de seguir cumpliendo las reglas. Puedes utilizar recompensas tangibles, como stickers o pequeños regalos, o simplemente elogiar verbalmente y mostrar afecto hacia el niño. El refuerzo positivo crea un ambiente positivo y de confianza.
También los motiva a seguir comportándose de manera adecuada.
Tómate un descanso
Si te sientes abrumado, tómate un descanso. Esto podría significar tomarse unos minutos para refrescarse o tomarse un descanso de tu hijo por completo. Si es necesario, coloca a tu hijo en un lugar seguro y aléjate unos minutos.
A veces el problema no suele estar en tu hijo, puedes ser tú mismo. Valora la posibilidad de que puede ser que no estés controlando adecuadamente tu carácter y estar desquitándote con tu hijo. O talvez estar pasando por algo, alguna situación en específico, etc…
Busca ayuda profesional si es necesario
Si tienes dificultades para disciplinar a tu hijo sin gritar, no tengas miedo de pedir ayuda. Hay muchos recursos disponibles, como clases para padres, libros y sitios web. También puedes hablar con el médico de tu hijo o con un terapeuta.
Disciplinar a los niños sin gritar puede ser un desafío, pero es importante recordar que es posible.
No grites, Enséñale a tu hijo habilidades de autorregulación emocional
Muchas veces, los niños se comportan mal porque no saben cómo manejar sus emociones.
Enseñarles habilidades de autorregulación emocional es fundamental para que aprendan a controlar sus impulsos y actuar de manera adecuada.
Estas habilidades incluyen:
- Técnicas de respiración profunda.
- Contar hasta diez.
- Enseñarle a dibujar, escribir y pintar son actividades calmantes que aportan mucho para su comportamiento.
- Enséñale a meditar, es una técnica de relajación que ayuda tanto a los padres como a los niños para controlarse y mejorar el carácter.
Además de estas técnicas, es importante modelar un comportamiento adecuado frente a las emociones, para que los niños aprendan también a manejarlas de manera positiva.
Enseñarles a identificar sus emociones y expresarlas de manera adecuada les ayudará a evitar conductas inapropiadas y facilitará la disciplina sin necesidad de recurrir a los gritos.
Consejos adicionales
Usa consecuencias naturales
Esto significa dejar que tu hijo experimente las consecuencias naturales de sus acciones. Por ejemplo, si tu hijo no limpia su habitación, no podrá jugar con sus juguetes.
Disciplina siendo justo con la edad
La forma en que disciplinas a tu hijo debe ser apropiada para su edad. Por ejemplo, no castigarías a un niño pequeño por lo mismo que castigarías a un adolescente.
Un padre siempre debe modelar respeto
Incluso cuando estás disciplinando a tu hijo, es importante ser respetuoso. Esto significa hablarles en un tono de voz tranquilo y respetuoso.
Recuerda que la disciplina es un proceso de enseñanza y aprendizaje, también de paciencia y constancia.
Los niños necesitan guía y apoyo para desarrollar habilidades adecuadas de comportamiento. Al utilizar estas estrategias, estarás promoviendo un ambiente positivo y respetuoso, donde los niños puedan crecer y desarrollarse de manera saludable
“Gritar no es educar, si gritas a tu hijo estarás promoviendo el irrespeto y la violencia”.
Educa con amor para que tu hijo escuche tus palabras y acepte con obediencia tus indicaciones y consejos.
Redacción, Sonia Montañez para VCSmedia.net
Locución: Antonio Paz
Edición: Sonia Montañez
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