Miles de estadounidenses mueren cada año por sobredosis de fentanilo. China, responsable de la producción y distribución, no coopera en la lucha contra el narcotráfico
La creciente crisis del fentanilo se ha convertido en uno de los problemas más apremiantes en materia de seguridad nacional que enfrenta Estados Unidos en la actualidad. Ciudades como Portland, en Oregón, se han visto obligadas a declarar estados de emergencia para hacer frente a la propagación descontrolada de esta droga sintética, que es hasta 50 veces más potente que la heroína.
Según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), en 2022 se registraron alarmantes 107,888 muertes por sobredosis de opioides, con el fentanilo como uno de los principales contribuyentes a esta cifra. En el año siguiente, esta sustancia se convirtió en la principal causa de muerte en personas de entre 18 y 50 años en Estados Unidos. Detrás de estos trágicos resultados se esconde una compleja red de distribución que involucra aplicaciones, dispositivos de comunicación y bancos estatales chinos, utilizados como herramientas por los carteles para eludir los controles estadounidenses.
La cadena de suministro de esta peligrosa droga atraviesa principalmente China y México. Si bien los químicos necesarios para fabricar el fentanilo a menudo provienen de China, surge la pregunta crucial: ¿cómo se distribuye y comercializa esta droga una vez que llega a los puertos estadounidenses? Aquí es donde entran en juego las aplicaciones chinas, que facilitan la distribución clandestina de la droga, y los bancos, que se utilizan para lavar el dinero obtenido del tráfico de estupefacientes.
El libro “Blood Money: Why the Powerful Turn a Blind Eye While China Kills Americans”, escrito por el consultor político Peter Schweizer, arroja luz sobre esta problemática. Schweizer revela cómo el régimen comunista chino no coopera con las autoridades estadounidenses en la lucha contra el narcotráfico, lo que permite a los cárteles utilizar dispositivos de comunicación chinos con impunidad. Además, señala que los bancos estatales chinos se han convertido en centros de lavado de dinero para los cárteles mexicanos, que utilizan estudiantes chinos con visas de educación en Estados Unidos para llevar a cabo estas operaciones ilícitas.
La falta de una respuesta contundente por parte de la Administración Biden ha generado preocupación. A pesar de las conversaciones mantenidas con líderes chinos, como Xi Jinping, en noviembre de 2023, no se han implementado soluciones efectivas para abordar esta crisis. Mientras tanto, el fentanilo continúa cobrando más vidas que las guerras de Vietnam, Irak y Afganistán juntas. En 2022, las muertes por sobredosis de opioides sintéticos superaron las 74,000, cifra que supera ampliamente el número de bajas en dichos conflictos bélicos.
La lucha contra la crisis del fentanilo representa un desafío urgente que requiere una acción concertada a nivel nacional e internacional. Si no se toman medidas decisivas para combatir esta epidemia, el costo humano seguirá siendo devastador y la seguridad de Estados Unidos continuará estando en riesgo.
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