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Un amigo me preguntó si me preocupaban los peligros que como abogado, entrañaba defender a los practicantes de Falun Gong.
“Sí”, le dije. “Pero quiero contarte la historia de Li, un hombre que me inspiró a defender la justicia, incluso cuando mi propia seguridad está en peligro”.
Un día, Li, un practicante de Falun Gong, me pidió que representara a otro practicante de Falun Gong. Debido a una situación excepcional, le ofrecí mi alojamiento.
Observé una gran cicatriz que le recorría el pecho y el abdomen, y le pregunté qué había pasado.
Li me contó su pasado con cierto pudor. En sus primeros años, se vio envuelto en un mundo de drogas, robos, peleas y mafias. La cicatriz era el resultado de una pelea entre bandas. Dijo que fue una herida grave, y que sus intestinos quedaron al descubierto.
Li robaba dinero de su casa para comprar cocaína. Había sido internado en centros de rehabilitación y había estado en prisión varias veces. No podía imaginar cuántas veces su madre había llorado por él.
En prisión, Li fue testigo de la brutal tortura hacia los practicantes de Falun Gong por parte de los guardias. La violencia era tan extrema que incluso un mafioso como Li no podría soportarla. Sin embargo, los practicantes nunca respondieron con violencia o insultos.
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Li quedó impresionado por la amabilidad y la resistencia de los practicantes. Pensó que Falun Gong era una práctica extraordinaria. Le dijo a su supervisor en la prisión que quería practicar Falun Gong. Para su sorpresa, su supervisor no se opuso y le animó a aprender bien la práctica.
Li fue puesto en libertad antes de tiempo, y la práctica de Falun Gong lo transformó en una persona nueva. Nunca más volvió a sus viejos hábitos, y su esposa e hijo lo perdonaron y volvieron con él. Li dijo que por fin había experimentado la alegría de vivir con dignidad.
Su historia me conmovió profundamente. Esa noche no pude dormir,
A pesar de los grandes esfuerzos del gobierno para rehabilitar a los drogadictos, los resultados eran limitados. Sin embargo, Li, un mafioso con un pasado violento, se convirtió en una buena persona después de practicar Falun Gong. Falun Gong me impactó profundamente.
El Partido Comunista Chino (PCCh) persiguió a los practicantes de Falun Gong, a pesar de sus beneficios para la sociedad. Esta persecución es una injusticia que no puedo ignorar. Así que decidí hablar en favor de Falun Gong.
Defender a los practicantes de Falun Gong es una forma de purificar mi alma. Al investigar las políticas y las bases legales del PCCh para la persecución de Falun Gong, descubrí que ninguna ley en China considera a Falun Gong una secta.
Sé que me enfrento al PCCh y al sistema estatal, pero creo que la virtud, la conciencia y la bondad son los estándares más altos en la práctica de la ley. Defiendo a los practicantes de Falun Gong para mostrar a la gente en dónde está lo bueno y lo malo, y para desenmascarar la naturaleza tiránica del poder.
Otro abogado dijo una vez: “El PCCh afirma que la persecución es legal, lo cual es una mentira utilizada para encubrir su crimen”. Ahora, defender a los practicantes de Falun Gong significa proteger los valores universales de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Es salvaguardar la justicia, que es en lo que consiste ejercer la abogacía.
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El abogado Kong Qingliang dijo en su defensa ante el Tribunal: “Defiendo que la acusación que califica a Falun Gong de secta debe ser expuesta como infundada y ser aclarada; defiendo los valores universales de Verdad-Benevolencia-Tolerancia; defiendo la inocencia de mi cliente”. Al final de su defensa, estalló un estruendoso aplauso en la sala.
No estoy solo. En esta época oscura, hay muchos otros abogados valientes que defienden a los practicantes de Falun Dafa.
Puedo sentir que el Shifu o maestro de Falun Gong es una persona magnífica. Estoy convencido de que Falun Gong y sus principios universales se extenderán a todos los rincones del mundo.
Soy Zhang Ming, un abogado que se especializa en la defensa de los derechos humanos. Me siento orgulloso de mi trabajo, que ha ayudado a proteger a los practicantes de Falun Gong de la persecución en China.
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