Tiempo de lectura 7 minutos. Esta práctica se desarrolló originalmente en el Templo Shaolin de China y tiene una historia de 1500 años.
La leyenda dice que alrededor del año 480 a. C. un maestro budista errante llegó a China desde la India, conocido como Buddhabhadra, Batuo o Fotuo en chino.
En 496, el emperador Wei del Norte, Xiaowen, entregó fondos a Batuo para establecer un monasterio en el monte sagrado Shaoshi en la cordillera Song, a más de 48.28 kilómetros (30 millas) de la capital imperial de Luoyang. Este templo se llamó Shaolin, con “Shao” tomado del monte Shaoshi y “lin” que significa “arboleda o bosque”.
Es el templo más famoso de China.
En el año 527, el monje indio Bodhidharma llegó a China y se instaló en el Templo Shaolin, donde comenzó a enseñar el Chan (Zen), una forma de budismo originaria de la India. Así se inició el budismo Zen en China, con Bodhidharma como primer maestro y Shaolin como el primer templo.
Shaolin Kungfu:
Esta práctica se desarrolló originalmente en el Templo Shaolin de China y tiene una historia de 1500 años.
El fundador del Kungfu se remonta a cuando Damo (un monje budista) llegó al monasterio de Shaolin, introdujo esta modalidad de ejercicios con la idea que resultaba beneficioso para los monjes en sus prácticas espirituales así que les enseñó unas series de 18 ejercicios llamados los “18 LuoHan”
Sigue siendo una práctica muy respetada en China; los monjes Shaolin, quienes la hacen, también son considerados como los guerreros más comprometidos dado que profesan una espiritualidad ligada al budismo, siendo ejemplo de disciplina, sufrimiento, autocontrol y rechazo a la violencia.
Estos monjes debido a sus sorprendentes hazañas de fuerza, flexibilidad y resistencia al dolor han creado una reputación mundial como los mejores guerreros budistas.
El budismo generalmente se considera una religión pacífica y tranquila que profesa principios como la no violencia, el vegetarianismo e incluso el autosacrificio para evitar dañar a los demás.
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¿Por qué los monjes del templo Shaolin se convirtieron en luchadores?
Los monjes Shaolin tuvieron que aprender las habilidades de los guerreros, la más importante de las cuales es la supervivencia.
Desde su construcción, el templo Shaolin ha sido objeto de múltiples ataques y asaltos. En el año 622 en las eras Sui y Tang fue clausurado y los monjes que lo habitaban tuvieron que regresar a la fuerza a la vida laica. Solo dos años después se permitió la reapertura del templo.
En el año 841 el emperador Tang Wuzong temía el poder de los budistas, por lo que saqueó casi todos los templos de su imperio e hizo que los monjes fueran expulsados o incluso asesinados. Sin embargo, perdonó al templo Shaolin.
Mas tarde en la dinastía Mongol Yuan que gobernó hasta 1368 se ordenó destruir el templo Shaolin una vez más.
Los monjes seguían siendo objeto de amenazas y tuvieron que aprender a defenderse. Se volvieron famosos por sus habilidades para luchar con el “baston” (principal arma de los monjes shaolin)
En 1511, 70 monjes murieron luchando contra ejércitos de bandidos y, entre 1553 y 1555, fueron movilizados para luchar en al menos cuatro batallas contra piratas japoneses.
En 1641, el líder rebelde Li Zicheng destruyó el ejército de los monjes, saqueó Shaolin y mató o ahuyentó a los monjes antes de tomar Beijing en 1644, poniendo fin a la dinastía Ming.
El templo de Shaolin permaneció casi desierto durante décadas y el último abad, Yongyu, se fue sin nombrar un sucesor en 1664 y funcionarios envidiosos incendiaron el templo, matando a la mayoría de los monjes.
Shaolin se recuperó lentamente del saqueo y, en 1704, el emperador Kangxi permitió el regreso del templo al favor imperial. Sin embargo, los monjes habían aprendido a ser cautelosos y la lucha con las manos vacías comenzó a desplazar el entrenamiento con armas; lo mejor era no parecer demasiado amenazador para el trono.
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Shaolin en la era moderna
Durante el siglo XIX, los monjes de Shaolin fueron acusados de violar sus votos monásticos, al comer carne, beber alcohol e incluso contratar prostitutas. Muchos vieron el vegetarianismo como poco práctico para los guerreros, lo que probablemente explica por qué los funcionarios del gobierno trataron de imponerlo a los monjes luchadores de Shaolin.
La reputación del templo recibió un duro golpe durante la Rebelión de los Bóxers, de 1900, una organización secreta que luchaba contra la influencia de los extranjeros en China. Los monjes Shaolin fueron implicados, probablemente de manera incorrecta, en la enseñanza de las artes marciales a esta organización.
Mientras tanto, en 1928, el señor de la guerra Shi Yousan incendió el 90% del templo Shaolin, y gran parte no se reconstruiría hasta unos 80 años después.
Shaolin bajo el régimen comunista
Al principio, el gobierno de Mao no se preocupó por lo que quedaba de Shaolin. Sin embargo, de acuerdo con la doctrina marxista, el nuevo gobierno era oficialmente ateo.
En 1966, estalló la Revolución Cultural y los templos budistas fueron uno de los principales objetivos de los Guardias Rojos. Los pocos monjes Shaolin fueron azotados por las calles y luego encarcelados, y los textos, pinturas y otros tesoros fueron robados o destruidos.
A pesar de varios intentos de borrar el templo desde su construcción, el templo Shaolin aun sobrevive.
A lo largo de las décadas de 1980 y 1990, el templo se convirtió en un sitio turístico obligado para personas del exterior, llegando a más de 1 millón de personas por año a fines de la década de 1990. Los monjes de Shaolin se encuentran ahora entre los más conocidos de la Tierra.
Contradicción de budistas devotos
Existe una contradicción en el corazón de las artes marciales Shaolin, un conflicto que ha fastidiado a los budistas devotos durante siglos. Esta contradicción se personifica en el estereotipo de monje marcial, itinerante y burdo, que servía al estado cuando lo necesitaba y estaba más interesando en el vino y la diversión que en la meditación Zen. La idea de un ‘monje guerrero’, de hecho, viola el principio básico de la fe budista de no atentar con violencia contra los seres vivos.
Hoy en dia , el gran maestro Shi Yongxin –actual abad del Templo Shaolín– es una clase de monje budista muy diferente a lo habitual.
En los últimos años dirigió la modernización del templo de 1.500 años de antigüedad e incluso estudió un máster para poder hacerlo mejor.
Pero también ha generado controversia y muchos chinos lo critican por “comercializar” el templo, cuyos monjes guerreros son conocidos por su destreza en las artes marciales.
Articulo escrito por Margarita Restrepo para VCSradio
Imagen, Envato
Con información de autopista.es/planeta2030