12 minutos de lectura. Durante muchos siglos los faros han preservado la vida de los marineros en aguas peligrosas. Pero pocos de ellos saben que una historia de amor dio el nombre a estas construcciones salvadoras.
La mayoría de las grandes construcciones humanas tienen fines prácticos, o tratan sobre la devoción y respeto a las divinidades, o el engrandecimiento de la imagen de poderosos hombres.
Pero pocas son causadas por el amor de quien la construyó, deseoso de expresar la grandeza de su sentimiento a través de un monumento imperecedero.
Aunque el caso más reconocido en la historia es el del Taj Mahal en Uttar Pradesh, India, de esto también trata una de las siete maravillas del mundo antiguo: el faro de Alejandría.
Origen del faro
El Faro de Alejandría se mantuvo en firme durante 17 siglos.
Su luz resplandeciente fue el referente guía de los marineros y embarcaciones que arribaban al puerto de Alejandría por el río Nilo o por el mar Mediterráneo.
Ubicado en la Isla de Faro, deriva su nombre de la unión entre la isla y la estratégica ciudad comercial de Alejandría, en el norte de Egipto.
Construido durante la dinastía ptolemaica en el siglo III a.C., por el segundo faraón Ptolomeo II Filadelfo (309 – 247 a.C.).
Catalogado entre una de las siete maravillas del mundo antiguo, se caracteriza por ser la segunda estructura más alta, después de la pirámide de Guiza, hecha en épocas legendarias.
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Una historia de amor
Se han erigido diversas leyendas alrededor del Faro de Alejandría.
Es curioso pensar que el origen y la inspiración que ideó el imponente faro más alto del mundo antiguo naciera de una historia de amor. Así es.
Según narraciones de la antigua Alejandría, Ptolomeo II, quién gobernó en Egipto de 285 a 246 a.C., se enamoró perdidamente de una bella mujer que vivía en la vecina isla de Pharos (Faro en español).
Con el fin de expresar y enardecer su amor por la joven, pensó que la mejor manera sería construir una hermosa torre tan alta que alcanzara las alturas del cielo mismo, que fuera divisada desde distancias remotas, al horizonte del mar infinito, equiparable a su incalculable amor por la doncella.
De igual forma, era necesario construir un muelle que conectara el paso entre la isla y el litoral de Alejandría con el fin de acercar y posibilitar encuentros entre ambos.
En consecuencia, se construye la extraordinaria torre, que tendría 160 metros de altura, según datos registrados en diferentes fuentes documentales. Al poco paso del tiempo, la torre se denominó “Pharos”.
A la par, se construye el muelle llamado Heptastadium, de 1300 metros de longitud y 200 metros de ancho aproximadamente.
Ptolomeo tuvo el gusto de apreciar la obra concluida, pues ésta tardó tan solo unos 15 años en realizarse.
Este es un tiempo récord, si se considera que, en aquellas épocas, las edificaciones tardaban décadas en consolidarse debido a la carencia de instrumentos, recursos y técnicas para llevar a cabo obras de gran magnitud.
No obstante, su inspiración y deseo de expresar su amor se plasmó en un monumento que trascendió no solo las alturas, sino que perduró en el tiempo por siglos, más allá de lo imaginado, acaso, por él mismo.
Diseño y construcción
La construcción se localizó en el extremo oriental de la isla de Faro, cerca de la entrada del puerto de Alejandría.
Si bien los documentalistas no han logrado definir con exactitud quien diseñó la monumental torre, se le atribuye a Sostrato de Cnido, acaudalado arquitecto que gozaba de la cercanía y confianza del faraón egipcio; su nombre aparece grabado en los cimientos.
Estaba construido con piedra caliza clara, lo cual lo hacía resplandeciente por sí mismo. El revestimiento, de mármol blanco, facilitaba su visibilidad; su estructura era maciza, ensamblada sobre un manto de plomo fundido.
EStaba compuesto por tres partes diferenciadas a saber: Un primer piso, de amplia base cuadrada, conformada por multitud de habitaciones y establos. Se accedía a ella por una rampa.
Se presume que las habitaciones servían de posada para las personas encargadas de mantener el fuego y, en otros casos, para almacenar leña y alimento.
Un segundo nivel, conformado por una estructura octogonal, provisto de una escalera interior.
Por último, el tercer nivel, más bien estrecho y de forma cilíndrica, en el que se ubicaba el faro que iluminaba de día y de noche.
La torre estaba constituida por ventanas pequeñas que filtraban la luz del día, con lo cual se facilitaba subir o bajar las escaleras del edificio.
El Faro de la luz permanente
En el pináculo del faro se mantenía una especie de antorcha de fuego que permanecía encendida; ésta podía divisarse a unos 50 kilómetros de distancia a la redonda.
Se desconoce qué clase de combustible utilizaban para prender la antorcha. No obstante, se presume que, de ser madera, pasarían trabajo para conseguirla pues ésta era escasa en la zona.
Algunas versiones y documentos anotan que, además del fuego, visible en la noche, el pináculo de la torre contaba con un gran espejo que reflejaba, en el día, la luz del sol.
La alta señal de luz se convirtió en el punto de referencia de la isla de Faro y de la ciudad de Alejandría.
Destino del Faro
El Faro de Alejandría simboliza la persistencia y solidez de una idea materializada en una obra tangible y duradera.
La torre resistió los avatares del tiempo, del golpe de las constantes olas, de las enérgicas tormentas costeras e inviernos constantes y reiterativos durante tantos miles de años.
El Faro de Alejandría no fue la primera construcción hecha en aquel entonces, pero sí se convirtió en un ícono por su imponente figura, su monumental altura y su sólida estructura.
Terremotos desbastadores
Siendo resistente a las sacudidas causadas por los terremotos periódicos de la zona del Mediterráneo, según lo han registrado diferentes archivos, parece que estos finalmente fueron los causantes del fin del Faro.
En el año 796 de nuestra era, Alejandría es golpeada por un fuerte terremoto, vibración que afectó la estructura del faro con la pérdida su piso superior.
Entre los años 950 y 956 se registran movimientos telúricos que afectan la torre produciendo grietas en las paredes.
En 1261 un terremoto afectó aún más la estructura del faro, destruyendo parte del mismo.
El 8 de agosto de 1303 un terremoto de grandes proporciones removió el Mediterráneo, lo que significó la devastación de gran parte de Alejandría y el detrimento definitivo del faro.
Según registros históricos, fue con el terremoto del año 1375, que el faro no soportó más los embates de tales sacudidas y, no obstantes, sus continuas reparaciones y cuidados, fueron suficientes para extinguir el valioso monumento.
Después de todo esto, el faro desaparece del registro histórico hacia el siglo XIV.
Con lo que quedó de sus ruinas, el sultán Al-Asharaf Sayf al-Din Qa’it Bay mandó construir la ciudadela de Qaitbay, reconocida como la fortaleza defensiva del siglo XV de Alejandría.
Legado
El Faro de Alejandría se convirtió en un ícono, su imagen se difunde a través de objetos emblemáticos que se conservan como pruebas fehacientes de su existencia, en monedas alejandrinas, que hacen parte de las colecciones de entidades como la Biblioteca Nacional de Francia, Departamento de Monedas.
Se convirtió en modelo a seguir para la construcción de faros, que funcionaran como estructuras guías en el extenso mediterráneo.
Si bien, según registros históricos, dan cuenta de la existencia de faros previos al Faro de Alejandría, por lo tanto, la idea no es original. Sin embargo, cierto sí es que la construcción de un faro de tales dimensiones fue única e inconfundible.
Asimismo, desde un punto de vista lingüístico, el faro se convirtió en el término que define las torres que tienen como función la de iluminar un lugar específico para los navegantes de todo el mundo.
Finalmente, no deberíamos olvidar, cuando vemos aquellas imponentes torres ubicadas frente al mar, en costas peligrosas para los navegantes, que el nombre y el poder de su luz derivan de la historia de amor de un soberano y una mujer, hace muchos siglos.
Escrito por Patricia Morales Galvis para VCSradio.net
Narración: Javier Hernández
Música de fondo: Romantic Wedding – Envato
Foto de portada: Reconstrucción 3D del Faro de Alejandría – Estudio SciVi 3D – Wikimedia Commons
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